Paola Contreras Blog

Noche de jueves, un personaje se presenta en mis sueños:

—Te estaba esperando, tardaste mucho en venir todo por dedicar tiempo a ese tu blog. ¿a caso crees que las madrugadas son eternas? —bueno; como sea, me he dado cuenta que has estado un poco desanimada esta semana, tienes que ver todo esto…—.

De quien más se trataría, por supuesto; Abril hablando en mis sueños.

—Este día es muy especial para ti, y para mi también ¡eh!. 08 de abril, nuestro cumpleaños; yo soy parte de ti, así que no te quejes. He decidido llevarte a algunos momentos relevantes a lo largo de tu vida. Nuestra vida —guiñando un ojo—.

«Recuerdas cuando…» —decía, mientras tomaba asiento en una esquina de la cama, lista para transportarme a una serie de sucesos.

• Mi primer travesura: 

3 años fueron suficientes para cometer la travesura que me llevó directo al hospital, era mi mundo del talco, mientras me ponía frente al espejo y empezaba a aplicarlo en todo el rostro… Qué decir, tiempo después fui diagnosticada con asma nivel moderado, llevando a cabo desde las más leves a graves crisis a causa de esta enfermedad, que llevo de por vida.  

• Primeras escritos: Comencé expresando el amor a mamá por medio de cartas, y a otros seres queridos. A los 9 años tuve mi primer diario, como toda nena de esa edad me fascinaba escribir mi días. Al llegar a los 11 empezaba a motivarme, en escritos solo para mí, aunque no me sintiera bien. Así, llegó a los 15 mi primer cuaderno de regalo, una fotografía mía de portada; con más de 600 páginas, mi nombre impreso en cada una de ellas. Seguido de otro diario, que hasta la fecha permanece intacto.  

      

• Historias divertidas con final triste: A mi vida y a la de mis primos, nos llegó una nueva mascota. Un periquito, que nos entretenía demasiado y nos gustaba que anduviera recorriendo la pequeña sala, resaltando que le gustaban los espacios oscuros. Empezaba a anochecer, mientras jugábamos felizmente, sin notar que curiosamente el periquito no lo habíamos visto durante toda la tarde. La preocupación nos invadió y nos dimos a la tarea de buscarlo, pero fue en un momento traumante, en que decidí mover a un lado uno de los sofá y lo encontré tal cual una botella  aplastada con el pie. ¿Culpables? Me negaba a aceptarlo, fui yo quien jugando empujo el sofá y el periquito (¡mi favorito!) se encontraba en el espacio oscuro que quedaba entre la pared.                                                                                                                                                                                                                                                                                                   —Fuiste una cruel —Abril, totalmente sorprendida—. —Sólo por eso, iremos al momento en que llegué yo, a tus 6 años. ¿Recuerdas eso? Los seudónimos que mamá te fue dando y ¡Ta, tan! ¡Cobré vida!.                                                                                                    

•  Vida escolar: Una de las más «callada del salón», que tuvo sus momentos gloriosos durante sus días de escuela. Teniendo pocos y escogidos amigos; siendo partícipe de actos culturales: concursos de canto, poesía, ortografía…                                                            
  

  

                                                              

• Los tres ramos:  A partir de julio 2013, llegó a mi la «aventura de las bodas», han pasado dos consecutivas en las que el ramo llega a mi, sin mover ni un dedo. Si, tres; porque en la segunda boda todas las que lo querían atrapar quedaron totalmente perplejas, creyeron que era alguna especie de trampa, que eso no era posible (estuvieron presente en la anterior), así que la novia decidió volver a tirarlo y que creen…                                                                                                                                                        

  

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—¡Alto! La madrugada no es eterna, has dado un pequeño paseo—. «Apareciendo a su lado».

—Sé que lo más significativo lo quieres solo para las dos; respetaré eso.  —volviendo inmediatamente a la habitación, mientras me despedía con una mirada tierna de esos momentos—.                                                                              

—Te dejaré dormir una hora más, pero antes…— «acercándose a ella, brindando un fuerte abrazo» —Feliz cumpleaños, espero hayas disfrutado ese gesto de mi parte, nos vemos luego—.

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De esta manera he despertado, recibiendo un año más y dando un paseo en mi memoria de todos los momentos que me han hecho la chica que soy. Agradeciendo a Dios, la bendición de obtener un año más de vida; el cual, si así Él lo permite, podré seguir creando mejores experiencias, luchando por cada una de mis metas y sueños. Demostrando que uno puede lograr todo lo que se propone, con mucho esfuerzo, paciencia y perseverancia.

Agradezco también a mi madre, sin ella no sé qué fuera de mi. Realmente, si algo he aprendido, es que hay personas que tiene fe en nosotros.

De repente recibimos palabras no de lo que esperan, sino de una confirmación de lo que será, de una manera increíble y positiva.

Cada vez me enfrento a más obstáculos, pero aun así , sé que los frutos podré compartirlos con todos los que me aprecian.  Y como lo he dicho anteriormente: Amando la vida sin restricciones. 

©Paola Contreras.

*ADITL*