Bailaba a la vida, siendo la más reconocida; no sólo por sus habilidades y talentos. Sino por su pasión y entrega…
El tiempo fue su fiel amigo, que la acompañaba en todo momento. Brindándole motivación y alegría.
Pero un día cayó…
Lagrimas empezaron a brotar lentamente, mientras ese tenso y duro momento llegaba, en el cual sólo tuvo dos opciones: caerse y quedarse, o levantarse con mucho coraje.
El espectáculo seguía dependiendo de ella, la melodía jamas se ha detenido.
¿Pero qué se debe decidir cuando no existen opciones?
Y esta, no es una típica historia con fin.
De hecho, esta es la historia más perturbadora, sin cuerpo ni decencia, que algún día se contará. Porque intenciones de ordenarla o terminarla no existen.
Sólo se viven cada una de las letras plasmadas en ella. Por lo tanto, mientras esta función no acabe, y tras el dolor, existe esperanza de surgir de nuevo…
©2017, Paola Contreras.
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Hermoso!
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