¿Por qué escribo?

Decir que escribo porque desde muy pequeña me ha gustado. Sería una simple y concreta respuesta, pero…

Desde el momento en que me fascinaba hacer cartas a mamá y conforme al tiempo fuí desahogándome; tal cual la adolescencia llegó, en esos días «críticos» tomaba cualquier cuaderno y empezaba a escribir, de esta manera mis letras siempre han tenido un enfoque motivante, ya que siempre ha habido un recordatorio de todo lo que quiero lograr conforme el tiempo pase, escritos con la perseverancia que me caracteriza.

Escribo porque este es un arte; es un placer dejar volar la imaginación y vivir muchas y cada vez nuevas aventuras…

Entre otras razones, me gusta escribir porque la materia que más me gustaba en días de escuela era Lenguaje y Literatura. Escribo sin intereses de un libro, pero si algún día llegase la oportunidad, con mucha paciencia y aprendiendo cada día, lo lograré.

Así como la música es mi pasión, lo es escribir. Realmente nunca he logrado entender de dónde nació este amor a la escritura, como dije anteriormente lo hago desde muy pequeña.

Me gusta escribir porque de esta manera encuentro mi lado creativo y me doy cuenta de las grandiosas ideas que salen de mi mente, cada que termino un escrito me siento muy bien.

Cada aventura, mi música preferida, un paseo, el amor a la vida y naturaleza, a los libros y al café, son parte de mis fuentes de inspiración.

Me gusta escribir porque me hace una persona más observativa y cada situación que vivo me hace entender de mejor forma las lecciones aprendidas y por aprender.

No es fácil hacer esto y quien lo diga nunca ha tomado asiento frente a un portátil, ha tomado su celular o cuaderno, por minutos e incluso horas dejando fluir ideas, y en ciertos momentos enfrentarse ante los «bloqueos del escritor», y qué decir del espacio que se hace aunque la agenda sea demasiado ocupada, o cuando no encontramos «indispuestos». Mientras para algunos esto sea una pérdida de tiempo, para otros esta es una manera de aplicar la escritura terapéutica y no sólo eso, es disfrutar, es dar un escape de nuestra rutina, porque aunque esto sea parte de ella, nos lleva a la relajación.

De esta manera exploro otros mundos. Aquellos que realmente me hacen sentir bien…

Hasta donde pueda, hasta que mis manos se cansen, hasta que la naturaleza y la música acaben. Hasta ese momento he de culminar con esta pasión de escribir.